Magnífico castillo situado en Galvoie, junto a un río, sobre un acantilado. Ygerne, la madre de Arturo, lo mandó construir y vive en él con Morcadés y Clarissant, madre y hermana de Galván. Este lo visita sin reconocer a sus habitantes, pues hacía mucho tiempo que habían abandonado el mundo de los vivos. El recinto contiene un palacio asentado sobre la roca viva y hecho de mármol oscuro, en el que hay quinientas ventanas abiertas llenas todas de damas y doncellas que contemplan los prados y jardines que se extienden ante sus ojos. Galván se informará acerca del castillo a través del barquero que le cruzará el río: la sala del castillo está bien guardada por encantamiento, ya que un clérigo sabio en astronomía, que la reina mandó llamar, realizó tales maravillas que ningún caballero que entre puede permanecer vivo si hay en él codicia, adulación o avaricia. El castillo alberga a muchos donceles de procedencias diversas que sirven con las armas. En el interior, la policromía de los materiales es abundante: dos puertas, una blanca, de marfil, y la otra negra, de ébano, enriquecidas con oro y piedras preciosas. El pavimento es de todos los colores, verde, rojo, índigo y azulado, aunque no se especifica el material. Una cama de oro, adornada por un carbunclo que emite claridad en la noche, llenaba el interior del palacio, cuyas paredes eran de mármol, rematadas de vidrio en una parte, a través de la cual podía verse a todos los que entraban en el castillo. Antes de llegar, Galván había sido avisado repetidas veces de que se aproximaba a los límites de Galvoie y también de que ésta era una tierra de grandes maravillas. En el castillo, Galván se acuesta en el Lecho de las Maravillas, provocando una gran tempestad de truenos y flechas; luego, le ataca un león, al que le corta las garras, que quedan clavadas en su escudo. Superada esta situación, Galván averiguará que la reina del castillo es Ygerne, la madre del rey Arturo, que vive allí con la esposa del rey Lot —madre por tanto de Galván— y su hija Clarissant, datos que ponen de manifiesto la distorsión temporal del espacio, ya que Ygerne sería más que centenaria si viviese. Giromelant le revela el nombre del castillo, después de haber pensado que era un mendaz juglar, pues nadie había podido regresar de él. Es en este castillo donde tendrá lugar el combate entre Galván y Giromelant, cuando llegan allí el rey Arturo y su séquito.