También llamado Castillo Prohibido. Castillo al que llega Perlesvaus acompañado de Lanzarote, Galván y la doncella con el caballero muerto, después de dejar la corte para ir en busca del Caballero del Dragón. El castillo está situado en medio de una pradera, rodeado de aguas rápidas y murallas. Su principal característica, que hará que se le denomine también Castillo Giratorio, será la de dar vueltas como una veleta. Los autómatas están presentes en este castillo fantástico: en las almenas, arqueros de cobre disparan con una fuerza increíble y, junto a ellos, hombres vivos tocan olifantes y trompetas con tanta fuerza «que parecía que la tierra se iba a derrumbar»; en la entrada había leones y osos encadenados que bramaban con vigor, haciendo retumbar el bosque y el valle. Sólo Perlesvaus podrá entrar en el castillo —puesto que podrá hacerlo únicamente el caballero que deba conquistar el Cerco de Oro y el Grial— y lo hará precedido por la doncella que le acompaña y que llevará como garantía su lanza y su escudo. El autor explica que el castillo fue fundado por Virgilio, que además profetizó que la construcción no dejaría de girar hasta que llegara el caballero «que tuviera la cabeza de oro, la mirada de león, el corazón de acero, ombligo de doncella virgen, cualidades sin villanía y el valor de hombre, fe y creencia en Dios». Su llegada implica también que los habitantes del castillo dejen de mantener la Vieja Ley, corran al bautismo y mantengan la nueva fe. De este castillo parte Perlesvaus a la Insula de los Elefantes para combatir con el Caballero del Dragón, acompañado por la doncella. (Vid. Castillo Giratorio.)