Sobrenombre con el que se conoce a Yvaín, el hijo de Urién. El epíteto se debe al animal al que Yvaín salvó de una muerte segura en el claro de un bosque, pues una serpiente lo sujetaba por la cola mientras le quemaba el lomo con sus llamaradas. Tras ser liberado, el león se entrega mansamente a Yvaín, al que acompañará y protegerá con toda fidelidad en sus aventuras. El tema del caballero y el león, que ya se encuentra en Aulo Gelio, cobró especial notoriedad poco antes de que Chrétien de Troyes lo retomara al ser atribuido al cruzado Golfier de las Tors, sobrino del trovador Bertran de Born. En textos posteriores se explica el sobrenombre porque Yvaín llevaba en su escudo la piel de un maravilloso león coronado, al que había dado muerte Lionel.