Caldero

Author
Carlos Alvar
Categoría

Este recipiente casero, ancho y semicircular, gozó entre los antiguos pueblos celtas de valores mágicos y rituales

Este recipiente casero, ancho y semicircular, gozó entre los antiguos pueblos celtas de valores mágicos y rituales, y constituye una de las referencias que, junto a la del vaso eucarístico, explican la constitución del grial artúrico. Las tradiciones célticas atribuyen al caldero poderes de transformación y generación (se trata del caldero de la abundancia, no ajeno a otras mitologías, como la germánica). Claramente vinculado al Otro Mundo, el caldero concede satisfacción a todos, inagotablemente, según su necesidad. Tal cualidad se explica simbólicamente por la forma del objeto (la mitad inferior de una esfera), que conlleva la alusión a las fuerzas matrices bajas y primarias de la Naturaleza. No es extraño por ello que su medio originario sea habitualmente el fondo de mares y lagos, puesto que el agua genera o transmite la vida. En los relatos célticos de ambientación artúrica, el caldero mantiene su benéfica función generadora (o, a veces, regeneradora o reparadora) y suele implicar un viaje para su obtención (lo que remite también de algún modo a la búsqueda del grial): en El botín de Annwfn, poema galés, Arturo y los suyos deben ir a buscarlo al Otro Mundo, arrastrando toda suerte de peligros que no admiten cobardía; en los mabinogi galeses Branwen, hija de Llyr y Kulhwch y Olwen sendos calderos, respectivamente, devuelven la vida a los guerreros irlandeses muertos (aunque se ven privados del habla) y sirven para acarrear los tesoros de Irlanda, adonde Arturo ha tenido que ir a conquistarlo.