Noble de Cornualles enemigo de Tristán e Iseo. Siempre se alude a él como el más pérfido, traidor y malvado de los tres caballeros que se oponen a la pareja. Él y sus dos secuaces, Gondoine y Ganelón, celosos de la confianza y estima crecientes que el rey Marco profesa a Tristán, siembran la duda en el espíritu del rey acerca de las relaciones entre su sobrino y su esposa, Iseo. Mediante intrigas provocan el destierro de Tristán y fuerzan al rey Marco a someter a su esposa al Juicio de Dios. En el episodio de la Blanca Landa, Tristán, disfrazado de leproso, los pone en ridículo, haciéndolos caer en un lodazal donde se revuelcan y hunden hasta el cuello al pretender salir. Tras el juramento, del que la reina sale exculpada, las dudas de Marco se disipan y vuelve la paz a su casa y a su espíritu. Sin embargo, los traidores no cesan en su voluntad de desacreditar a Tristán e Iseo y, al descubrir que la pareja se había citado en los aposentos de la dama, perseveran en el intento de sorprenderlos en flagrante delito; pero Tristán, de camino a su cita con Iseo, se encuentra con Denoalén, entabla combate con él, lo mata, le corta la cabeza y, finalmente, le arranca las trenzas para llevárselas como trofeo a su amada.