Elena de Benoic
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Descendiente del alto linaje del rey David, cuyo destino es enaltecer la fe cristiana y conocer sus misterios, Elena es la joven y hermosa mujer del viejo rey Ban de Benoic
Descendiente del alto linaje del rey David, cuyo destino es enaltecer la fe cristiana y conocer sus misterios, Elena es la joven y hermosa mujer del viejo rey Ban de Benoic. Tiene una sola hermana, Evaine, que está casada con el rey Boores de Gaunes, hermano y vecino de Ban. Su único hijo, bautizado Galaz, es conocido por todos como Lanzarote del Lago. Siendo éste aún niño, Claudás de la Tierra Desierta invade las tierras de Ban y Boores. Desbordado el primero por la fuerza de los invasores, tiene que refugiarse con Elena y su hijo en el castillo de Trebes, su último e inexpugnable bastión. Sin embargo, el consejo traidor de un senescal determina a Ban a abandonar Trebes acompañado solamente por Elena, Lanzarote y un escudero, con el fin de ir a solicitar personalmente auxilio al rey Arturo, su señor. Cuando Ban, desde lo alto de una colina, ve arder a lo lejos Trebes, cuyas puertas han sido abiertas al enemigo por el traidor, le estalla el corazón y muere fulminado. Mientras Elena, presa de dolor, llora sobre el cadáver de Ban, una doncella surgida del lago al pie de la colina toma en sus brazos al pequeño Lanzarote y, tras besarlo y acariciarlo, se mete nuevamente en las aguas con él. Perdido cuanto le unía al siglo, Elena se hace novicia y manda construir un convento en el lugar donde murió su esposo que se llamará el Monasterio Real. Ella se llama ahora a sí misma la Reina del Gran Sufrimiento y en adelante llevará una austera vida de santidad, vistiendo una áspera estameña bajo la camisa, ayunando y guardando un estricto silencio, roto solamente para orar y para llorar, siempre en privado, la desdicha de Ban y de Lanzarote. Su ejemplo y su voluntad, así como la renuncia a sus riquezas, hace posible que en siete años el Monasterio crezca considerablemente y se convierta en el más importante de la región. Al cabo de ese tiempo, Adragaín, un monje agustino otrora caballero de Ban, comunica a Elena que Lanzarote está vivo y que ha crecido bajo los atentos cuidados de la Dama del Lago. Pero el ansiado reencuentro entre madre e hijo se demorará largo tiempo, hasta que Lanzarote haya adquirido ya su fama y llevado a cabo numerosas aventuras. Arturo, con Lanzarote en sus filas, libera por fin a Benoic del yugo de Claudás. Es entonces cuando Lanzarote acude al Monasterio Real y abraza a su madre, en presencia también de la Dama del Lago. Ocho días después, Elena muere (Gal, Ag). La historia de Elena, su sufrimiento, se constituye en cierta manera como una presencia que da sentido y enmarca el devenir de Lanzarote y, por extensión, el de la Mesa Redonda a lo largo del l.ancelot propiamente dicho, abriendo y cerrando esta parte de la novela. Por lo general, las obras escritas con posterioridad aluden a ella como residente en el castillo de Trebes. Allí, a los veinticinco años, tras haber logrado Ban y Boores rechazar la invasión de Claudás y sus aliados, Elena yace con su marido y, según la tradición, concibe a Lanzarote. Esa misma noche la joven tiene un sueño premonitorio que anuncia las terribles luchas por las tierras de Benoic y el triunfo de Lanzarote, y cuya extraña simbología solamente Merlín puede desvelar. Es también Merlín quien en otra ocasión, de paso por Benoic y acogido por Elena, predice que Lanzarote, que aún no cuenta un año de edad, vivirá más de cincuenta y que destacará, más que por su belleza, por su valor en el ejercicio de las armas. Asimismo asegura a Elena que vivirá suficiente tiempo como para ver la derrota de Claudás.
Ag, Char, Gal, LA, SM(H), VMCont, Mal, AM, Mer.
Genero
Femenino
Textos
Ag, Char, Gal, LA, SM(H), VMCont, Mal, AM, Mer.