Escalot

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Carlos Alvar
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Escalot es un castillo situado entre Camelot y Wincestre (Winchester). Su señor es un rico vasallo que tiene dos hijos conocidos en los torneos como «los hermanos de Escalot»

Escalot es un castillo situado entre Camelot y Wincestre (Winchester). Su señor es un rico vasallo que tiene dos hijos conocidos en los torneos como «los hermanos de Escalot». Ambos llevan un escudo rojo como el fuego, sin ninguna señal, lo que según la costumbre de la época, dice el autor, indica que son caballeros noveles, y efectivamente han sido investidos recientemente por el rey Arturo. Lanzarote, acudiendo de incógnito al torneo convocado por Arturo en Wincestre, se alberga en Escalot. Para no ser reconocido en la liza, cambia su escudo por el de uno de los hermanos, que se encuentra enfermo. La hija del vasallo, prendada de la belleza y porte de Lanzarote, lo compromete a llevar la manga derecha de su vestido de seda anudada a su yelmo, como cimera, y a luchar por su amor, confesándole que jamás había formulado semejante petición a caballero alguno. Lanzarote, sorprendido, no puede rechazar el deseo de la joven, pese a que el amor le ata estrechamente a la reina Ginebra en secreto. Junto con el otro hermano, Lanzarote participa al día siguiente en el torneo y abate a Héctor de Mares y a Boores el Desterrado, su primo, quien sin embargo lo hiere de gravedad antes de caer. Tras triunfar en Wincestre, Lanzarote se retira al hostal de una tía de su compañero, cerca de la ciudad. Cuando las hazañas del caballero que luce una manga de seda en el yelmo llegan a oídos de la doncella de Escalot, ésta, que desdeña los requiebros que le prodiga Galván, visita a Lanzarote, quien tras un mes largo de convalecencia está ya muy recuperado. Su conversación y su presencia acaban enamorando perdidamente a la joven, que corre a vestirse con todas las galas y declara su amor al caballero. Al decirle Lanzarote que no puede corresponderle, pues su corazón está puesto ya en otra, la doncella anuncia que su destino entonces no es otro sino morir por él. Cuando Lanzarote parte junto con los hermanos de Escalot, a los que ha admitido como compañeros de caballerías, prometiéndoles tierras y heredades en Benoic y en Gaunes, la joven se despide diciéndole que no sobrevivirá a su ausencia, y se acuesta para morir. Al cabo de un tiempo una barca cubierta de riquísimas sedas llega a Camelot por el río. En su interior, sobre una lujosa cama, yace muerta la doncella de Escalot, que lleva en su cintura una limosnera con cartas dirigidas a los caballeros de la Mesa Redonda en las que explica que ha muerto por amar lealmente a Lanzarote, quien no le ha mostrado la menor compasión. Arturo manda entonces que sea enterrada con el máximo honor en la iglesia mayor de Camelot, con una inscripción que cuente su desdicha. La suerte de la romántica historia de la doncella de Escalot —a quien pondrán nombre en el siglo XV Malory y Mossèn Gras como Elaine of Astolat (Morte) e Ysabel (Tragèdia), respectivamente— alcanza más allá de la Edad Media y obtiene un peculiar tratamiento durante el revival medievalizante del siglo XIX. Así, el poeta Victoriano Lord Alfred Tennyson (1809-1892), presenta, en su poema «The Lady of Shalott», a la doncella encerrada en una torre, condenada a tejer un tapiz con los hechos de los caballeros artúricos, a los que solamente puede ver a través de un espejo. Lanzarote, sin embargo, va a causar su desgracia, ya que al pasar al pie de la torre atrae la vista de la joven, que no se resiste y mira directamente por la ventana: en ese mismo instante el espejo se rompe y el tapiz sale volando. Es precisamente la última parte del poema de Tennyson, recreación típicamente romántica de la imagen de la barca de la doncella fluyendo en el marco de un paisaje fúnebre, la que inspira uno de los cuadros más célebres y emblemáticos del último prerrafaelismo, «The Lady of Shalott», pintado por John William Waterhouse en 1888, y que plasma de manera fiel (la larga cabellera rubia, el blanco vestido de anchas mangas, el extravío amoroso de la doncella y su desolado final) una tradición literaria secular. (Acerca de la probable identificación de Escalot como Guilford, Surrey, véase J. N. Carman, A Study of the Pseudo-Map Cycle of Art harían Romance, Lawrence-Manhattan-Wichita: Univ. Press of Kansas, 1973, pp. 79-82).
Mort, LMA, TL, Mal. 
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