La Fuente Peligrosa constituye el núcleo de uno de los episodios fundamentales de Yvain, de Chrétien de Troyes. Ya Wace en el Roman de Rou habla de esta fuente y le atribuye hechos maravillosos ocurridos en el pasado, con lo que parece evidente la existencia de una tradición en torno a las propiedades mágicas de la Fuente Peligrosa, citada entre las maravillas de Bretaña en Image du monde, de Gossouin de Metz. La primera descripción de la fuente y la aventura que ella promueve en la novela de Chrétien aparece en el relato de Calogrenant, con la descripción que a este personaje le hace el guardián de los bueyes al que ha encontrado en el bosque. El agua de la misma hierve, aunque está más fría que el hielo, el árbol más bello del mundo le hace sombra y hay un recipiente de hierro atado al árbol, con una larga cadena; al lado de la fuente hay también un pilón y una capilla. La segunda descripción aparece en boca de Calogrenant, y en ella algunos elementos han cambiado o se han matizado: el árbol más bello se ha convertido en un hermoso pino; el recipiente ya no será de hierro, sino de oro fino, y el pilón será una esmeralda vaciada y sostenida por cuatro rubíes. Cuando el caballero llega a la fuente y vacía el agua del recipiente en el pilón, se desencadena una tremenda tormenta y, a continuación aparece un caballero muy grande con el que deberá luchar. La fuente reaparece en el relato cuando Yvaín se dirige al lugar, dispuesto a vengar a Calogrenant, que había sido vencido por el caballero de la fuente. En este caso la descripción de la fuente y los fenómenos que en ella ocurren se reducen a dos versos. Yvaín vencerá al caballero de la fuente y se convertirá así en dueño y señor de las tierras y del castillo a los que la fuente protegía. La Fuente Peligrosa es conocida también como Fuente del Pino.