Hermano de Enygeus y cuñado de Bron. Casado con Elyap; padre de Josefés y de Galaad; tío de Helaín y del linaje de los Reyes Pescadores. En los Evangelios se relata cómo José, un hombre rico de Arimatea, seguidor de Jesús, pidió a Pilatos el cuerpo de Cristo después de la Crucifixión y le dio sepultura. En los Evangelios Apócrifos se explica además que José fue encarcelado por sus creencias y liberado por Cristo resucitado. La introducción de esta figura bíblica en la genealogía del Grial es obra de Robert de Boron; en la Estoire dou Graal, este autor narra cómo José, antiguo soldado de Pilatos, pidió a éste el cuerpo de Cristo y recogió en el Grial, recipiente utilizado en la Última Cena, la sangre del Crucificado. Después de la Resurrección, José fue encarcelado por los judíos, pero Cristo se le apareció y le entregó el Grial, indicándole que sólo tres hombres lo poseerían. Cuarenta y tres años más tarde, Vespasiano, convertido a la verdadera fe por la curación milagrosa de la lepra que padecía, conquistó Jerusalén y liberó a José, que se había mantenido en vida, sin que le hubiera sido proporcionada comida ni bebida alguna, gracias a la presencia del Grial. José de Arimatea huye de Judea junto con su hermana Enygeus, su cuñado Bron y algunos seguidores, y se establece en otras tierras. En un momento determinado, y cumpliendo las órdenes del Espíritu Santo, erige, en recuerdo de la Mesa de la Última Cena, la Mesa y el servicio del Grial, en el que sólo pueden participar los puros y buenos creyentes. Más tarde, obedeciendo asimismo al Espíritu Santo, José deja el Grial en manos de Bron, su cuñado, que lo traslada a Occidente. A la muerte de José, Helaín, hijo de Bron, se convertirá en el jefe del linaje y a Helaín le sucederá un hijo suyo que se convertirá en el tercer guardián del Grial. Robert de Boron no identifica explícitamente a este hijo de Helaín con Perceval, pero ésta fue la interpretación del personaje que hicieron varios autores posteriores. Así pues, en algunos textos, como las diversas continuaciones del Perceval o el Perlesvaus, Perceval se convertirá en el sobrino-nieto de José de Arimatea. En la Estoire del Saint Graal (Vulgata) y en otros textos se narra la misma historia que en la obra de Robert de Boron, pero con la diferencia de que José, llevando consigo el arca construida para contener el Grial, viaja a Oriente, a Sarraz, donde consigue convertir al rey pagano Evalach mostrándole la fuerza de la Cruz en un combate contra sus enemigos y donde su hijo primogénito, Josefés, será consagrado como primer obispo de la Cristiandad. Después, José es milagrosamente trasladado a Inglaterra, donde continúa su labor evangelizadora y donde, a una edad avanzada, tendrá su segundo hijo, Galaad del Castillo de Galafort. A la muerte de José, el Grial es confiado a Helaín, su sobrino célibe, que lo custodiará en el Castillo de Corbenic a la espera del tercer guardián. José de Arimatea es, pues, en todos los textos el primer guardián del Grial. En el texto de Perlesvaus se acentúa la caracterización de José de Arimatea como un guerrero y no como un misionero y evangelizador; en este texto, José es llamado también Buen Soldado. Hay que destacar que en Perlesvaus aparecen una serie de aspectos referidos a este personaje que no se encontraban en otras obras; en efecto, se establece una relación muy estrecha entre José de Arimatea y su sobrino-nieto, Perlesvaus, al que estarán destinados una serie de objetos pertenecientes a su antepasado: un escudo con una cruz roja, en el centro del cual José construyó un relicario que contenía unas gotas de la sangre de Cristo, estaba colgado en la corte del rey Arturo hasta que Perlesvaus lo recoge; del mismo modo, el rey Pelés, tío de Perlesvaus, entrega a su sobrino una mula blanca con una cruz roja en la frente y un estandarte; ambos habían pertenecido a José. Todos estos objetos los lleva el héroe durante la conquista del Castillo del Grial ocupado por el Rey del Castillo Mortal. En Perlesvaus, la tumba de José se halla junto al castillo del Rey Pescador esperando la llegada del héroe que es el único que podrá abrirla. Cuando Perlesvaus se acerca al castillo del Rey Pescador, la tumba de José se abre sola y al final de la obra Perlesvaus depositará los restos de su tío en un barco que zarpará llevándose también al héroe. La figura de José de Arimatea aparece en otras situaciones en los textos franceses; así, en la Primera Continuación de Perceval es José quien envió la Espada del Extraño Tahalí, que había pertenecido a Judas Macabeo, a Monteclaro, donde quedó guardada en una cripta hasta que Galván la conquistó. José de Arimatea se convertirá, en los textos en prosa, en antepasado de varios personajes artúricos, entre ellos Yvaín o Tristán.