Hija de Lisuarte, rey de Gran Bretaña, y de Brisena, hija del rey de Dinamarca; mujer de Amadís, madre de Esplandián, Brisena y Perión. Era tan bella que fue llamada la «Sin Par». Se enamora de Amadís a la edad de diez años en la corte del rey Languines de Escocia. Amadís le sirve y la doncella, en correspondencia, intercede para que el joven —cuyo linaje todos ignoran— sea armado caballero. Algún tiempo más tarde, cuando va a ir a Bretaña, Oriana descubre que su amado es de alto origen, se lo hace saber al propio Amadís y le pide que vaya a su lado. Tras liberarla de la prisión de Arcalaus, Amadís y Oriana se convierten en amantes, pero los celos que la dama siente por la niña Briolanja, provocan una crisis, con la consiguiente separación y distanciamiento de Amadís, que se retira como penitente a la Peña Pobre. Una carta de reconciliación hace que el desesperado héroe regrese al lado de su amada, que lo espera en Miraflores: allí gana Oriana el tocado de Macandón, cuyas flores reverdecen al ser puesto sobre la cabeza, como prueba de perfección amorosa. Como resultado de las relaciones de Oriana y Amadís en Miraflores, tienen un hijo, Esplandián; Oriana lo entrega al poco de nacer, y por una serie de vicisitudes el niño acaba siendo educado por el ermitaño Nasciano. Pasado el tiempo, Oriana reconoce al niño y a partir de ese momento vive con él. Lisuarte, padre de Oriana, ignorante de las relaciones de ésta con Amadís, concede la mano de su hija a Patín, emperador de Roma. Para evitar el matrimonio, Amadís la lleva a la Insula Firme, provocando una encarnizada guerra. Restablecida la paz, y después de casarse públicamente Oriana y Amadís, la dama realiza con éxito las pruebas del Arco de los Leales Amadores y de la Cámara Defendida, poniendo fin a los encantamientos de la Isla. Luego, heredará el reino de Gran Bretaña y tendrá otros dos hijos, Brisena y Perión.