Las primeras apariciones de este personaje tienen lugar en Erec et Enide, presentado como un caballero más de la corte de Arturo en Caradigán, y en Cligés, donde es vencido y hecho prisionero por el protagonista; pero será en Perceval donde Chrétien de Troyes le otorgará una personalidad y una entidad psicológica y moral de enorme éxito y pervivencia en las literaturas medievales posteriores. Joven galés de noble familia, Perceval vive apartado en la Yerma Floresta Solitaria con su madre, la Dama Viuda, pues ésta pretende que ignore el mundo caballeresco que había provocado la muerte de su esposo y de sus hijos mayores. Sin embargo, cuando una mañana de primavera Perceval contemple a cinco caballeros armados, que en su ingenuidad supone ángeles, y conozca sus cualidades sentirá determinada la vocación de su existencia e iniciará una andadura ejemplar modelo de caballeros. Perceval contempla el cortejo del Grial (formado por un paje que empuña una lanza cuya punta sangra, una doncella que lleva un brillante grial y otra con una bandeja de plata) en un hermoso castillo cuyo señor enfermo le había ofrecido hospitalidad. A pesar de su curiosidad, no pregunta su significado, ya que recuerda los consejos que Gornemans de Goort le había dado y entre los que se encuentran el de ser prudente en las conversaciones. Al despertar observa que el castillo está desierto, y se marcha. En un bosque cercano se encuentra a una doncella —que resulta ser su prima— que le explica que por su timidez ha impedido el restablecimiento físico del Rey Pescador y la prosperidad de su tierra. A partir de este momento asistimos a una progresiva construcción del personaje, que de ser un rústico muchacho dedicado a la caza pasará a encarnar una serie de valores corteses en torno a la búsqueda del Santo Grial, misión que le propiciará un sinfín de aventuras que recogerán tanto las novelas en verso como en prosa, bien en solitario, bien relacionado con otros caballeros de la mesnada de Arturo, entre los que cabe subrayar, por su importancia, a Galaz. Perceval se retira a una ermita a vivir en religión a la muerte de Galaz. Ya Chrétien, en Perceval, presenta a este personaje como un ser que sufre un castigo por causar la muerte de su madre debido a su partida, tal como explicará a Perceval su tío, el Rey Ermitaño, que le desvelará también el significado religioso del cortejo. A partir de este momento, tanto las Continuaciones a la obra de Chrétien de Troyes como los ciclos en prosa del siglo XIII dedicados a la búsqueda del Santo Grial nos irán brindando numerosas informaciones sobre su pasado (por ejemplo su incierta genealogía) y sobre el Grial. La genealogía de Perceval se presta a confusiones frecuentes: es hijo de Pelinor de Listenois (o Perceval) y de la Dama Viuda; sobrino del Rey del Grial; entre sus hermanos, más de quince, se cuentan Aglován, Lamorat, Drián, Melodián, Helaín, y dos hermanas (Dandrane y otra que no recibe nombre propio), aunque según algunos textos sólo fueron cuatro hermanos. La configuración del personaje de Perceval en la novela alemana medieval depende totalmente de la forma en que lo dibujó Wolfram von Eschenbach en su Parzival (1205-1210). Como algunos autores franceses, Wolfram elaboró, amplió y finalizó la obra de Chrétien creando un personaje que representa un modelo de héroe diverso al de la caballería artúrica. Este Parzival no es, sin embargo, como a menudo se ha interpretado, el representante de la caballería celestial (a pesar de que encuentre el grial), sino, sencillamente, un personaje que, como afirma Eschenbach, es «blanco y negro», bueno y malo al mismo tiempo. De aquí que algunas novelas lo recreen con rasgos negativos, mientras que otras, la mayoría, adopten la imagen de caballero ideal. Perceval no ha sido uno de los personajes más difundidos durante la Edad Media en la Península Ibérica si atendemos a los textos conservados, aunque es cierto que lo encontramos citado en un poema de Cerverí de Girona, en la Faula de Guillem de Torroella y en algunas traducciones (especialmente portuguesas) de obras artúricas en prosa del siglo XII.