Caballero que está al mando de las fuerzas que defienden el Castillo Orgulloso, donde Giflete permanece prisionero. El rey Arturo y sus hombres se dirigen al lugar para rescatar a su compañero, montan sus pabellones delante del castillo y cada día uno de los de la Mesa Redonda justa contra uno de los del castillo. Un día en que no hay combate por ser sábado, Arturo y los suyos organizan una cacería. En el transcurso de la misma, Galván se interna en el bosque y llega hasta una landa en la que se alza una fortaleza. Delante de la puerta, bajo un pino, ve a un caballero de aspecto taciturno, que permanece ensimismado y que no parece ver ni oír a Galván cuando éste se dirige a él. Galván intenta llevárselo de allí, pero cuando lo agarra por los hombros para levantarlo, el extraño personaje reacciona violentamente y amenaza al sobrino de Arturo con matarlo. Galván lo deja y él vuelve a hundirse en sus pensamientos. De regreso al campamento, Galván se cruza con una doncella que se dirige apresuradamente a encontrarse con el caballero pensativo. La doncella le explica a Galván que había prometido estar con él antes de mediodía y ha faltado a su promesa, por lo cual está convencida de que le ha causado la muerte. Sin que Galván tenga tiempo de preguntarle nada más, la doncella se marcha. Cuando llega al campamento, Galván relata su aventura y Bran de Lis le informa de que el caballero al que vio sentado bajo el pino es el Rico Soldadero. Al poco rato, oyen que en el Castillo Orgulloso hay un gran júbilo: todos celebran el hecho de que, por fin, el Rico Soldadero se ha reunido con su amada. Después de esto continúan las justas. El Rico Soldadero en persona combate contra Galván. Después de una lucha muy igualada, Galván consigue vencer a su oponente, ya que al llegar el mediodía la fuerza del sobrino de Arturo se redobla y la del Rico Soldadero se agota. Cuando se ve derrotado, el Rico Soldadero se desespera pensando que esa deshonra acabará con la vida de la doncella que ama, y si su amiga muere él morirá también. De manera que le pide a Galván que finja haber sido vencido y se presente ante la doncella para entregársele como prisionero. A cambio, el Rico Soldadero se reconoce su vasallo para el resto de su vida. Galván acepta y, ante el estupor de Arturo y los suyos, que lo contemplan todo desde el campamento, entra en el Castillo Orgulloso. Una vez que Galván ha comparecido ante la amiga del Rico Soldadero, éste la hace partir a otro castillo de su propiedad para que no se entere de la verdad. La doncella se marcha y, entonces, el Rico Soldadero da órdenes de liberar a Giflete y a Lucano, que también había sido hecho prisionero, y se va con ellos y con Galván al campamento de Arturo, donde se aclara todo lo que ha sucedido en la justa. A partir de ese momento, Arturo pasa a ser el señor del Castillo Orgulloso y de las tierras que pertenecen al mismo y el Rico Soldadero se pone a su servicio.