Hija unigénita de Cador de Cornualles y de Eufemia. Es criada como si fuera un niño, pues las mujeres no podían heredar según una ley promulgada por el rey Ebaín de Inglaterra. A partir de los doce años empiezan a surgir conflictos entre Naturaleza y Educación. Abandona el domicilio paterno y se va con unos juglares; ella misma se convierte en juglaresa con el nombre de Malduit. Obtiene grandes éxitos y fama destacada en esta profesión. En uno de sus viajes llega, vestida de juglar, a Cornualles, donde está a punto de morir, pues su padre había prohibido, bajo pena de muerte, la entrada de juglares, por el dolor que tuvo con la desaparición de su hija. Es reconocida a tiempo, y se salva. Cador la envía a la corte de Ebaín para que complete su formación caballeresca; la reina se enamora de ella —creyendo que se trata de un muchacho— e intenta seducirla inútilmente; ante las negativas de Silence, la reina la acusa ante Ebaín, que decide alejar al muchacho, enviándolo a la corte de Francia, con unas cartas de recomendación que son sustituidas por otras en las que la reina pide que lo maten; el rey francés no atiende a semejante solicitud, y arma caballero a Silence. Esta regresa a Inglaterra a ayudar a Ebaín; la reina intenta, de nuevo, conseguir los favores de Silence, y en vista del despecho decide vengarse: mediante la participación del rey, tiene que encontrar y capturar a Merlín, de quien nadie ha sabido nada en mucho tiempo. Silence sale airosa de la prueba, pues consigue apresar al silvestre mago dándole de comer carne salada, miel, leche y vino. En la corte, Merlín descubre los engaños de tres mujeres: una monja que hay allí, en realidad es un hombre, amante de la reina; la reina engaña al rey, y Silence es una mujer y no un muchacho como aparenta. Ebaín manda ejecutar a la reina por su infidelidad y se casa con Silence que de este modo llega a ser reina de Inglaterra.