Padre de Melián y Drián, ambos conocidos también con el mismo sobrenombre, y señor del Castillo Alegre, llamado así porque en su tiempo fue de los mejor abastecidos y que se yergue junto al Támesis. Caballero jovial y desenfadado, Trahán se distingue en su juventud por combatir en mangas de camisa y por amar todos los días con amor leal. A consecuencia de un duro combate con el hermano de Caradoc el Grande, al que logra decapitar al fin, dos trozos de asta de lanza quedan clavados en su cuerpo y un pedazo de espada en la cabeza. Poco antes de la llegada del joven Lanzarote a Camelot acompañado por la Dama del Lago, Trahán se presenta ante Arturo tendido en una litera solicitando que uno de sus caballeros extraiga de su cuerpo los fragmentos y jure sobre los Evangelios que combatirá a cuantos digan que amaban más al que le causó esas heridas que a él. Lanzarote, en su primer acto tras haber sido armado caballero, cumple la petición de Trahán y éste sana pronto bajo la atención de los médicos de la corte. Años después, Lanzarote rescata a Drián del castillo de Caradoc el Grande, que ha infligido a aquél las mismas heridas que su hermano causó a Trahán, y reencuentra a éste en el Castillo Alegre. La historia del restablecimiento del caballero de la litera por el novel Lanzarote se atribuye en los textos indistinta e incoherentemente a Trahán y a Melián, por lo que Sommer (Gal, IV, p. 95, n. 3) considera que Melián no tiene nada que ver con ella y al editar los textos sustituye siempre su nombre por el de Trahán.