Hijo de Broadés y hermano de Briadán, junto con el cual defiende la Fuente de los dos Sicomoros, situada delante del castillo de su padre. En Pascua llega un mensajero a la corte de Arturo para comunicar a todos los presentes que Belyás ha derrotado en combate a Galván, Yvaín, el duque de Clarence y Osenaín el Atrevido. Muchos caballeros salen en busca de la Fuente de los dos Sicomoros para comprobar si es cierto lo que el mensajero ha dicho. Uno de ellos, Sarraz de Logres, se encuentra con Lanzarote a la salida del Bosque Peligroso. Al oír la historia que le cuenta Sarraz, Lanzarote decide seguirlo, sin que se dé cuenta, hasta la Fuente de los dos Sicomoros. Sarraz encuentra a Belyás y combate contra él. El defensor de la Fuente lo abate y le quita el caballo. Sarraz se ve obligado a montar sobre un rocín, entre las burlas de todos los del castillo. Lanzarote, que ha visto el combate sin que nadie se percatara de su presencia, se lanza, lleno de ira, a combatir contra Belyás. El enfrentamiento es muy duro y Belyás resulta gravemente herido. Lanzarote le quita el caballo y se lo da a Sarraz, a cambio del que Belyás le había arrebatado anteriormente. Sarraz se marcha a la corte de Arturo para llevar la noticia y Lanzarote permanece en la Fuente. Otro caballero, que sale del castillo, le ataca. Lanzarote consigue derribarlo y derrota también a un tercer adversario. Después, se va de allí acompañado de un criado que le cuenta toda la historia de Belyás y de la Fuente de los dos Sicomoros. Al parecer, Belyás y su hermano Briadán, el segundo contra el que había luchado Lanzarote, habían sido unos caballeros de gran valor y mérito. Su máxima meta era entrar a formar parte de la Mesa Redonda, pero Arturo los había rechazado, porque no los conocía ni sabía nada acerca de sus hazañas. Despechados, Belyás y Briadán, habían regresado a su casa, donde su padre, el tercer caballero vencido por Lanzarote, les había entregado la Fuente de los dos Sicomoros para que la defendiesen, suponiendo que, en cuanto corriese la noticia de que tal costumbre se mantenía allí, los caballeros de Arturo acudirían a medir sus fuerzas, y Belyás y su hermano, cuya proeza y habilidad en las armas era innegable, podrían derrotarlos y ganar fama. De este modo, Arturo se daría cuenta de su error al no aceptarlos como compañeros de la Mesa Redonda. Galván y los otros caballeros mencionados por el mensajero habían sido efectivamente derribados en la Fuente de los dos Sicomoros, si bien, en el caso del sobrino de Arturo, había sido Briadán vestido con las armas de Belyás, y no Belyás mismo, quien se había impuesto en el combate. A causa de las heridas que les inflige Lanzarote, tanto Belyás como su hermano y su padre mueren.