Caballero de Cornualles que destaca por sus armas rojas. Se juramenta con su compañero Guiot (o Guillot) el Atrevido de Miramar para ir juntos en busca de aventuras. Tras medio año de errar infructuosamente, un perro braco se cruza en su camino y les pone sobre la pista de una cueva, en la que entra Blandín y libera a dos doncellas a las que un gigante tenía cautivas. Más tarde, los caballeros conquistan el castillo de las doncellas, del que se había apoderado el hermano del gigante de la cueva, y que era defendido por leones y gigantes. Reemprendida su marcha, un pájaro maravilloso advierte a Blandín y a Guiot que en el yermo, junto a un pino, hallarán dos caminos divergentes, uno estrecho y otro ancho, que les llevarán a grandes aventuras. Acuerdan entonces reencontrarse allí mismo al día siguiente de la festividad de San Martín. Blandín toma la senda estrecha y llega a un prado donde una doncella está cuidando un caballo. Comen juntos y, luego, mientras Blandín duerme, la joven se lleva su caballo, dejándole el que tenía a su cargo. En los días siguientes, Blandín no logra dar con el paradero de la doncella, pero encuentra a Peitavín, el escudero de un caballero que ha muerto en un castillo cercano al intentar liberar a una doncella encantada a la que diez caballeros tienen presa. Blandín acude al lugar, mata a tres de los caballeros y, después, a su señor, por lo que los seis restantes se le entregan. El hermano de Brianda, la doncella, le cuenta que la joven fue encantada por su padre cuando éste vio cómo le arrebataban su condado en una guerra; para salvarla debe tomar un azor blanco que hay en una torre, cuyo acceso impiden una serpiente, un dragón y un sarraceno de aspecto horrible y de cualidades mágicas. Superada valientemente la prueba, el contacto del ave con la mano de la joven la despierta de su maravilloso trance. Ella pide a Blandín que sea el señor de sus tierras y le revela que la doncella ladrona era una enviada suya para que acudiera en su auxilio. El enamorado Blandín promete regresar cuando se haya reencontrado con Guiot, al que espera en vano durante tres días en el lugar convenido. Finalmente lo libera del castillo donde lo tenían preso los vasallos del Caballero Negro y su hermano, a los que Guiot había matado en el bosque. Blandín se casa con Brianda, a la vez que Guiot toma en matrimonio a su hermana, Irlanda.