Hijo de Alejandro y de Soredamors; sobrino de Galván y de sus hermanos; sobrino de Alís, emperador de Constantinopla. Su caballo se llamaba Morel. Alejandro y Soredamors se conocen cuando el joven griego acude a la corte de Arturo para ser armado caballero por el rey y formar parte de su mesnada; sin embargo, la discreción de ambos les impide darse a conocer los sentimientos. La reina Ginebra se da cuenta del amor entre su doncella y el joven caballero y propicia el matrimonio. A los trece meses nace Cligés. Al morir el emperador de Constantinopla, el hermano menor de Alejandro, llamado Alís, sube al trono, usurpando así un poder que no le corresponde, ya que el derecho legítimo recaía sobre el primogénito Alejandro, que al enterarse no tarda en reclamar sus derechos, y ambos hermanos llegan a un acuerdo: Alejandro abdica en favor de su hijo, todavía niño, y Alís se compromete a permanecer soltero hasta que Cligés tenga edad para sucederle, restableciendo de este modo la legítima línea sucesoria. Pero Alejandro y Soredamors mueren pronto y Alís incumple su palabra y se casa con Fenice, la hija del emperador de Alemania. Cligés forma parte de la comitiva que va a buscar a Fenice para llevarla a Constantinopla y cuando ambos se ven por primera vez quedan irremisiblemente enamorados el uno del otro. Para no dividir su cuerpo y su alma entre dos hombres, Fenice consigue durante largo tiempo, después de su matrimonio, preservar su virginidad, gracias a un filtro mágico que le proporciona su nodriza Tesala. Cligés se destaca en toda ocasión por sus hazañas en las armas, ya sea en torneos o en batallas. Con la proeza del caballero, crece el amor de Fenice. Finalmente, Cligés decide acudir a la corte de Arturo para consagrarse como caballero. Al llegar a Inglaterra se presenta de incógnito en un torneo, con tres armaduras diferentes —negra, verde y roja— y vence en todas las jornadas a los mejores de la Mesa Redonda. Arturo lo colma de honores y Cligés permanece algún tiempo en su corte, pero, finalmente, el recuerdo de Fenice lo empuja a regresar a Constantinopla. Al volver a encontrarse, ambos urden un plan para poder estar juntos: Fenice finge enfermar y morir, con ayuda de un bebedizo que también le suministra Tesala, y es enterrada. Cligés escala por la noche la tapia del cementerio y se lleva el cuerpo de su amada, que permanece aún inconsciente. Al cabo de pocos días, Fenice está totalmente recuperada y ella y Cligés se ocultan en una torre secreta. Gozan durante una temporada de su furtivo amor, pero el encierro pronto se convierte en pesada carga. Caen en la tentación de salir al jardín y Bertrand, un caballero de la corte de Alís, que pasaba casualmente por allí, los descubre desnudos, durmiendo juntos bajo un árbol. Enterado Alís del engaño, sale en persecución de los amantes. Estos van a refugiarse a la corte de Arturo, que reúne un gran ejército con la intención de ir a Constantinopla y atacar a Alís; pero, mientras, Alís ha muerto de rabia y Cligés es proclamado emperador conforme a sus derechos. Cligés y Fenice regresan a Constantinopla y allí reinan juntos el resto de sus vidas. Como caballero de Arturo, Cligés tiene una actuación relativamente importante en otras obras. Es considerado hijo del rey Lac; combate contra un caballero encantado; cae víctima de los prodigios de Rigomer, siendo liberado por Galván; lleva el estandarte con el dragón real.