Sobrenombre que se da a Niniana con una clara asimilación entre el personaje de Niniana y el de Diana, la diosa cazadora (el apelativo de Doncella Cazadora es ya bien significativo a este respecto). Su pasión por la caza constituye el rasgo dominante del personaje. La Doncella Cazadora aparece de manera inesperada en la corte de Arturo, persiguiendo a un ciervo blanco y acompañada de sus perros. Su llegada marca el inicio de tres aventuras, que ya Merlín había profetizado y que serán emprendidas por tres caballeros de la corte, Galván, Tor y Pelinor. Estas tres aventuras son: encontrar al ciervo blanco (que ha vuelto a internarse en el bosque), recuperar el perro braco de la doncella y rescatar a la doncella misma, ya que tanto ella como su perro han sido raptados por dos caballeros. Pelinor será el encargado de llevar a cabo esta empresa. Después, el rey Arturo invita a la doncella a permanecer en su corte. Una carta de su padre, el rey de Northumberland, la hace partir de nuevo y regresar a su tierra. Merlín la acompaña en este viaje y no cesa de requerir su amor. De camino, pasan por el bosque de En Val, y Merlín le enseña a la doncella el Lago de Diana, así llamado porque el cuerpo de la diosa fue arrojado a él por Félix, después de que éste la matara. Fascinada por esta leyenda y por el lugar, hace que Merlín reconstruya para ella la morada de la diosa y se instala allí con el mago, que le enseña una parte de su saber mágico, esperando obtener su amor a cambio. Pero la Doncella Cazadora se deshará de Merlín aprisionándolo en su tumba (véase Diana, Dama del Lago, Niniana). La Doncella Cazadora manifiesta una obsesión por preservar su virginidad frente a los deseos carnales del mago. El personaje de Niniana o de la Doncella Cazadora sólo conserva su identidad independiente, como hada silvestre, en la Suite Merlin (Vulgata); en los demás textos aparece siempre identificada con la Dama del Lago.