Hijo del rey Lac de Estre-Gales; caballero de la Mesa Redonda. En su primera y más importante aparición en la narrativa artúrica, Erec et Enide, de Chrétien de Troyes, Erec es un joven que aún no ha cumplido los veinticinco años, de gran belleza. Antes de que concluya la corte de Pascua, Arturo decide cumplir con la costumbre de la cacería del ciervo blanco en el Bosque de la Aventura. Mientras Erec acompaña al rey en la cacería, cruzan ante ellos un caballero y su dama; el enano que los precede escarnece a la doncella de la reina Ginebra y al mismo Erec, que ha acudido a recriminarle su acción. Erec persigue a la comitiva y llega a un castillo en el que es acogido con cortesía por un caballero pobre, Licorante, que le ofrece a su hermosa hija, Enide. Al día siguiente se celebra una fiesta con motivo de la costumbre de la conquista del gavilán. Erec sostiene que Enide es más hermosa y discreta que la doncella de Yder, que ése y no otro era el caballero al que perseguía. Erec sale victorioso de la disputa y Enide se convierte en su mujer. Sin embargo, Erec se va a dedicar con tanto amor a su esposa, que descuidará el ejercicio de la caballería. Cuando los reproches por esta ociosidad llegan a sus oídos, Erec abandona inmediatamente la corte de Estre-Gales, acompañado sólo por Enide, y cabalgan a la aventura. En su camino se cruzan con dos cuadrillas de tres y cinco caballeros malhechores, respectivamente, que pretenden asaltarlos, pero Erec los vence. Luego, un vanidoso conde, Galoaín, intenta deshacerse de Erec y quedarse con Enide, después de un duro recorrido por el bosque, y con la excusa de ofrecer hospitalidad a la pareja en su castillo. Gracias a un ardid de Enide, Erec se salva y los dos juntos vuelven a escapar. Galoaín los persigue, pero Erec no tarda en derribarlo. Malherido ya por los numerosos combates que ha debido afrontar, Galván lo lleva con astucia hacia el campamento del rey Arturo, esperando que se restablezca allí, pero Erec se marcha el día siguiente y salva a Cadoc de Tabriol de dos temibles gigantes: el esfuerzo le hace perder el sentido y cae del caballo. Enide lo cree muerto. Aparece el conde Oringles de Limors, que intenta quedarse con la desconsolada dama y, ante su resistencia, no duda en maltratarle, momento en el que Erec vuelve en sí y mata a Oringles. Mientras, Guivret el Pequeño, rey enano de Irlanda, que se ha enterado de la muerte de Erec, sale en su busca y lleva a la pareja a su castillo de Pointure, donde Erec se recuperará de las heridas. Ya repuesto, deciden regresar a la corte del rey Arturo, aunque en el viaje de vuelta Erec tendrá que poner punto final a la aventura de la Alegría de la Corte, en el castillo de Brandigán: allí libera a Maboagraín de la obligación de combatir contra cuantos entren en el jardín. Tras la muerte de su padre, Erec es coronado rey de Estre-Gales. Chrétien de Troyes construye la evolución biográfica y social de Erec a partir de dos espacios de referencia fundamentales, la corte y el bosque, entre los que se desarrolla la trayectoria del personaje. Efectivamente, las apariciones de la corte artúrica que jalonan el relato de las aventuras de Erec marcan precisamente la progresión del caballero dentro de la sociedad ideal cortesana, a la vez que se muestra el sentido y la función de la caballería dentro de ella. Así, tras la formación inicial del joven en la Mesa Redonda, la corte es el escenario en el que se sanciona su primer triunfo (la conquista del gavilán) y la boda consiguiente. Caído luego en la ociosidad, Erec debe recuperar su buen nombre en el bosque, el lugar de la aventura y del peligro. El episodio de la Alegría de la Corte confirma que el caballero ha cumplido satisfactoriamente el itinerario de prueba y ha triunfado, por lo que la corte se alegra y lo acoge nuevamente para coronarlo rey de su tierra. A partir de Chrétien, numerosas obras del género artúrico mencionarán a Erec, siempre como caballero ejemplar. Se le atribuye en ocasiones la virtud de no mentir jamás, y la de no romper nunca las promesas. Otras obras completan la genealogía y la biografía del personaje: es hijo de la dama llamada Crisea o de Ocise, una encantadora; nieto de Canán y sobrino de Dirac; pariente de Brandelís, tal vez hermano o hermanastro suyo; primo de Driadam; pariente del Feo Atrevido. Aparece como señor de las Islas Negras y del Castillo de los Diez Caballeros. Un don de su madre lo hace invulnerable a los encantamientos; participa en la búsqueda de Lanzarote durante su larga locura, sale a la demanda del Grial y ayuda a Tristán en su guerra contra el rey de Irlanda, además de vencer a numerosos caballeros. Según algunas versiones, Erec consigue a Enide en otras circunstancias, pues aparece como defensor de la joven, que es hija de un duque cuyas tierras han sido invadidas por Senehar. Erec y sus compañeros Galaz, Blioberís y Héctor de Mares derrotan a los atacantes y el primero se casa con Enide, convirtiéndose en duque de Huiscam, ya que el padre y el hermano de la joven —legítimos herederos del ducado— habían sido asesinados por Senehar. Acerca de la muerte de Erec también hay dos versiones: en la primera, después de resultar gravemente herido en combate con Yvaín de las Blancas Manos, Erec es muerto a traición por Galván; Héctor de Mares y Meraugís de Portlesguez llevarán su cadáver a la iglesia de S. Esteban de Camelot, donde recibirá sepultura. La otra versión —más de acuerdo con los rasgos de los personajes— presenta a Erec mortalmente herido en la batalla contra los aliados de Mordret, al regreso de Arturo a Inglaterra.