Fenice, hija del emperador de Alemania, debe casarse con Alís, emperador de Constantinopla, a pesar de estar enamorada del sobrino de éste y heredero legítimo al trono, Cligés. Fenice expresa repetidamente su voluntad de no convertirse en una segunda Iseo, y se niega a ser a un mismo tiempo la esposa de un hombre al que no ama y la amante de su amigo. Para que el corazón y el cuerpo pertenezcan al mismo hombre, suministra un bebedizo a Alís, gracias al cual preserva su virginidad tras la celebración de la boda. Posteriormente, con la complicidad de Cligés y asimismo para evitar una huida escandalosa como la de la reina Iseo, se finge muerta y escapa de la tumba para reunirse con su amigo. Después de algunos meses de compartir su vida en secreto, se descubre el engaño y los amantes huyen a la corte del rey Arturo; Alís no tarda en morir de rabia, con lo que Cligés y Fenice pueden casarse.