Hermano de Ban y de Boores y tío, por tanto, de Lanzarote, Boores y Lionel. Es un hombre sabio, puesto que Merlín personalmente lo instruyó en las artes de la magia y le transmitió algunos de sus secretos. En el Bosque Peligroso —cabalgando con su hermano Boores— encontró a un nutrido grupo de caballeros y damas que estaban bailando; cerca de ellos había un noble de unos cincuenta años y una doncella hermosísima reina de la Extraña Tierra Sostenida. Para conseguir el amor de la muchacha, Guinebán le hace una pequeña muestra de sus conocimientos de magia: los jóvenes que bailaban seguirán haciéndolo indefinidamente hasta que llegue a aquel lugar un caballero que nunca haya faltado al amor y que, además, será el mejor caballero de su tiempo. Los demás caballeros quedarían presos del mágico baile: por eso el lugar se llamó desde entonces Bosque sin Retorno. No contento con esto, le construye a su dama un ajedrez cuyas piezas se mueven solas y dan mate a cuantos se atreven a jugar: sólo el mejor caballero del mundo, que nunca hubiera faltado al amor podría vencer. La dama aprendió gran parte de la magia de Guinebán, e hizo que surgieran los bailes y el castillo que Meraugís encontró en la Ciudad sin Nombre. Es posible que Guinebán y Hunbaut sean un mismo personaje. En el Bosque Peligroso encuentra a un grupo de caballeros y damas que danzan y, utilizando su magia, hace que la danza dure para siempre y que todo aquel que llegue al lugar y la contemple comience a bailar a su vez y no pueda macharse de allí. El propio autor de Suite Merlin (Vulgata) manifiesta su intención de vincular este episodio con el de Meraugis, en donde el protagonista cae víctima del hechizo y permanece en el bosque participando del baile durante algún tiempo: esa danza es, precisamente, la que Guinebán tocó con su magia.