Caballero de la Mesa Redonda. Héctor es hijo de Ban de Benoic y de la hija del señor de Mares («Pantanos»), de donde recibe su sobrenombre; es, por tanto, medio-hermano de Lanzarote del Lago y primo de Giflete. Defiende a Elena sin Par frente a Persidés, al que derrota, enviándolo a la corte del rey Arturo. Es uno de los prisioneros de la Colina Prohibida, de donde lo sacará Lanzarote. Su hermano lo nombra rey de Guienne y de Benoic. Sin reconocerlo, Héctor se enfrenta con Perceval en un combate en el que los dos resultan heridos; sin embargo, la aparición del grial los cura milagrosamente. Es uno de los principales caballeros de la Mesa Redonda que intervienen en la Búsqueda del Grial; sin embargo, tal como se le anuncia en un sueño interpretado por Nascién, las puertas del Castillo del Grial no se abrirán para dejarle paso, ya que no es digno de tal empresa, por encontrarse en pecado a causa de su orgullo; rechaza la posibilidad de convertirse que le envía Dios, y en vano intentará acercarse al banquete del Grial. Participa en diversas aventuras junto con Lanzarote y Erec y combate contra Galván, al que odia por haber matado a Erec; asiste a la muerte de Palamedes y Dinadán. Cuando los caballeros de la Mesa Redonda se dividen por el descubrimiento de los amores de Lanzarote y Ginebra, apoya constantemente a su hermano Lanzarote y sobrevive a la batalla final contra Mordret. Después de algún tiempo de errancia encuentra a Lanzarote viviendo en una ermita; Héctor decide renunciar también al mundo y muere al cabo de cuatro años de servicio a Dios, y es enterrado en la misma ermita.