Uno de los caballeros vencidos por Erec durante el torneo de Tenebroc. Es un malvado y belicoso caballero que castiga a su amiga por haberse dejado besar por un caballero desconocido —que, además, le robó el anillo y comió sus viandas— y que combatirá contra todo aquel que ose dirigirse a su dama, hasta que descubra y mate al que la había besado a la fuerza. Cuando en un encuentro fortuito Perceval desvela que él fue tal caballero (ésta fue precisamente su primera aventura), ambos inician una dura batalla en la que el Orgulloso de la Landa cae rendido y en la que Perceval, para concederle su merced, le obliga a reparar el daño causado a la dama, a la vez que manda a los dos a la corte de Arturo de parte del «Caballero Bermejo». Tras entregarse como prisionero y relatar su historia, el Orgulloso deberá saludar a la amiga de Perceval y le comunicará que no volverá a la corte artúrica hasta que la haya vengado del senescal Keu. Cuando el Orgulloso de la Landa cumple todas estas órdenes resulta perdonado de su prisión por el rey Arturo. Algunos textos modifican esta aventura, ya que convierten al Orgulloso en asesino del amigo de una dama a la que Perceval defiende y venga en combate, derrotando al malvado caballero, que tiene que ir como prisionero a la corte del rey Arturo, de la que pasará a formar parte. El Orgulloso de la Landa también es vencido por Guinglaín (todavía el «Desconocido») como resultado de la lucha que ambos mantienen por la propiedad de un hermoso perro braco herido que una dama había recogido en una cacería; y de nuevo el Orgulloso se verá obligado a presentarse como prisionero ante la corte del rey Arturo. Posteriormente lo encontrará Rubia Esmerada («Blonde Esmerée») junto a los también derrotados Blioberís y el señor de Saies y participará valerosamente en el torneo de Valendón. El Orgulloso de la Landa es citado como hombre de la mesnada de Arturo.