Compañero de Galván cuyo cadáver es hallado en una carreta que le sirve de féretro dentro de una nave fantasma que arriba a Roelent, llevando consigo una carta en la que requiere ser vengado. La venganza deberá ser efectuada por el caballero que logre arrancar de su cuerpo la lanza que le causó la muerte, única arma que puede vencer al caballero que le ha quitado la vida: sólo Galván es capaz de superar la prueba, y él será, por consiguiente, quien vengue a Raguidel. Será la amiga de éste quien desvelará a Galván el nombre de la víctima, así como el de su asesino, Guengasoaín (véase), y la causa de su muerte. Mientras tanto, y para evitar posibles ataques de caballeros, Guengasoaín ha amaestrado a un oso salvaje y peligroso, que le ayuda en sus combates. Galván, que al salir de la corte de Arturo ha olvidado el trozo de lanza (única arma con la que puede vencer a Guengasoaín), tiene ocasión de comprobar, en su primer combate con éste, la famosa imbatibilidad del caballero de las armas mágicas, resultando gravemente herido en el enfrentamiento. Finalmente, Yder mata al oso y luego, con Galván, ataca a Guengasoaín que, para ganar tiempo, pide llevar a cabo un combate singular con Galván, ambos con armas normales. Como resultado de este segundo combate, Guengasoaín es vencido, de forma que se consuma la venganza de Raguidel. Una aventura similar se da al final de la Primera Continuación de Perceval: en un barco arrastrado por un cisne yace un caballero muerto, con una punta de lanza clavada en el pecho; el asesino sólo podrá morir si es alcanzado en el pecho con la misma arma que ha causado la muerte al caballero; quien consiga extraer la punta de la lanza tendrá que vengar a la víctima. El caballero muerto se llama en este caso Brangemor, el agresor es el Caballero Pequeño, y el vengador, Guerrehet, el hermano de Galván.