Personaje poco definido y de perfiles muy borrosos, pues cambia notablemente según los textos. A veces se identifica con el Rey Pescador y, por tanto, sería Pelés; sin embargo, en otras ocasiones parece ser el padre de Pelés, Pellehan, y también reciben el mismo nombre Mordraín, Pelinor del Castillo de Corbenic y Helaín de Listenois. Se llama Rey Tullido porque recibió una herida entre los muslos: tampoco parece estar muy clara el arma que causó la invalidez, pues unos textos afirman que fue la Espada de Salomón o del Extraño Tahalí, mientras que otras obras hablan de un lanzazo. En cualquier caso, parece haber un predominio de alusiones a favor de Pellehan (nombre mal leído y mal interpretado, que daría lugar a Pelinor), y es posible que en su origen fuera una lanza la que causó la herida, pues sólo el contacto de la Lanza de Longinos parece ser capaz de devolver la fortaleza y la salud al Rey Tullido; en todos los casos será decisiva la presencia de Galaz para el restablecimiento de este enigmático personaje. El Rey Tullido es el resultado de un largo proceso de elaboración novelesca: en un principio había un sólo guardián del Grial, que era un anciano inválido y que, por tanto, no podía engendrar a Galaz; el desdoblamiento de esta figura en un padre y un hijo permitiría establecer un linaje escogido más coherente, aunque las distintas generaciones se tengan que superponer en un período de tiempo muy breve.