Hijo de Urién y de una de las hermanas de Arturo, que según unos textos se llama Brimesent (o Hermesent) y según otros sería Morgana. También llamado Yvaín el Grande. Sobrino, por tanto, del rey Arturo y primo de algunos de los caballeros más importantes de la Mesa Redonda, como Galván, Agravaín, Gueheriet, etc., que le ayudan a reconciliar a su padre con el joven rey Arturo. Chrétien lo convierte en el protagonista de su novela Li chevaliers au lion (Yvain). Con el propósito de vengar la afrenta que siete años antes sufrió su primo Calogrenante, al ser derrotado por un caballero defensor de una fuente maravillosa, Yvaín abandona la corte del rey Arturo para buscar al caballero de la fuente y enfrentarse con él. Efectivamente, lo encuentra, luchan uno contra otro y, al final, Yvaín hiere mortalmente a su oponente. Haciendo acopio de sus últimas fuerzas, el caballero se da a la fuga e Yvaín lo persigue hasta su castillo, donde cae en una trampa y queda atrapado en un corredor, entre las dos puertas de entrada. Entretanto, el caballero de la fuente y señor del castillo, cuyo nombre es Escladós el Rojo, muere y sus hombres van en busca de Yvaín, al que creen tener bien cogido, con la intención de hacerle pagar su crimen. Pero cuando llegan, no lo encuentran, porque Lunete, una muchacha que habita en el castillo como doncella al servicio de la esposa de Escladós, ha reconocido al caballero de Arturo y en agradecimiento por un antiguo favor, le ayuda a salir del atolladero dándole un anillo que lo hace invisible. En estas condiciones, Yvaín se convierte en testigo de excepción de los funerales de Escladós el Rojo, sin que nadie advierta su presencia. Es entonces cuando el caballero ve por primera vez a Laudine, la viuda, de la cual se enamora apasionadamente. Con la ayuda de Lunete, que intercede por él ante su señora y la convence de la necesidad de tomar un nuevo esposo, para que la fuente no esté sin defensor, Yvaín llega a ganarse el favor de Laudine y, algunos días después, se casa con ella. Poco tiempo más tarde, Arturo y su mesnada llegan a la fuente y Keu intenta la aventura descrita por Calogrenante. Es Yvaín quien acude a defender el lugar. Keu combate contra él y es vencido. Después, Yvaín revela su identidad y acoge a los de la Mesa Redonda en su castillo. Influido por Galván, Yvaín siente el deseo de reincorporarse a la vida errante, con el fin de buscar aventuras que le permitan demostrar su proeza y mantener su reputación caballeresca. Pide licencia a Laudine para marcharse y ella se la concede no de muy buen grado, imponiéndole el plazo de un año para su regreso. Pero dicho plazo expira e Yvaín no regresa junto a su mujer, absorbido como está por la vida caballeresca. Laudine monta en cólera contra su marido y, al verse rechazado por ella y tratado de traidor y mentiroso, Yvaín se vuelve loco y pasa una temporada en el bosque, totalmente desquiciado. Una doncella le proporciona la curación a su mal y, una vez recuperado, Yvaín salva a un león que es atacado por una serpiente. El animal se convierte en su más fiel compañero y, a partir de ese momento, Yvaín es conocido como «el Caballero del León». Empieza así para Yvaín una carrera ascendente, a lo largo de la cual va acometiendo diversas y peligrosas aventuras que le permiten demostrar su valor y recuperar la identidad caballeresca que había perdido durante el tiempo de su locura. Al mismo tiempo irá haciéndose, de nuevo, merecedor del amor de Laudine, aunque, en realidad, es Lunete quien, con su astucia, consigue la reconciliación definitiva entre el caballero y su esposa. Galehaut (Vulgata) da una versión diferente del origen del sobrenombre por el que se conoce a Yvaín. Según esta obra, se le llama «Caballero del León» porque en su escudo lleva la piel de un león que había matado Lionel, el primo de Lanzarote, poco después de haber sido armado caballero. Siendo uno de los caballeros habituales de la comunidad artúrica, no debe extrañar que sus apariciones en los textos sean abundantes y, muchas veces, de relativa importancia. Participa en casi todas las aventuras colectivas emprendidas por los compañeros de la Mesa Redonda y en la mayor parte de las guerras llevadas a cabo por Arturo contra sus diferentes enemigos: así, está presente en las búsquedas de Lanzarote, en las campañas contra Claudás y en las luchas contra el ejército de Galahot y contra los Sajones, defiende la casa de la madre de Aglován, en la busca del Grial y, finalmente, muere a manos de Mordret en la batalla de las llanuras de Salesbieres, el día en que el universo artúrico se desmorona definitivamente. Hubo un personaje histórico de nombre Owein, hijo del también histórico Urién, en el cual cabría buscar el origen del Yvaín literario. Owein es también el nombre del protagonista del mabinogi titulado La dama de la fuente, que reproduce casi exactamente la historia que relata Chrétien en Yvain.